Descripción

Aunque la memoria personal no es un fenómeno reciente, ha ganado considerable relevancia en los últimos años, en parte a los premios Nobel de no-ficción otorgados a Svetlana Alexievich y Annie Ernaux, esta última destacada en la memoria personal. En esencia, toda literatura se enraíza en la experiencia personal, y los viajes —con sus alegrías y sinsabores— han sido una fuente estimulante para numerosos escritores, incluidos aquellos menos conocidos como memoristas. Estas memorias personales se configuran como un trayecto donde cada lugar plantea una celebración o misterio a su observador. Cada ubicación es narrada con madurez poética, profundidad existencial y un sentido del humor que fluctúa entre el dialecto de las Antillas y las tonalidades caribeñas, dicharachero como sublime, banal y de alta cultura. Además, reflejan una voz que evoluciona con cada experiencia. Exceptuando Asia —acaso la más dramática—, todas las crónicas comparten un vínculo común: ninguno acontece en Europa; Eliezer Faral ofrece una serie de crónicas sobre el continente americano, comenzando por la américa insular, —que es la suya—, y abarcando distintos períodos desde el inicio del milenio hasta el año del coronavirus. En cada historia, emergen temas universales tocantes a todos como la nostalgia, la duda, la religión, lo cotidiano, la felicidad, el resentimiento y los deliquios del amor.