Descripción
En mi elemento viven infinitas bibliotecas potenciales, dice Federico, y cada uno de sus versos se percibe como una búsqueda, como un camino, como el sutil tránsito de una voz que al manifestarse descubre la belleza que vive en la herida.
Desde las flores del jardín hasta la gracia imperturbable de la montaña, la naturaleza borda sus interminables ciclos en olas de maravilla y admiración. Federico describe esa delicada existencia con la mirada atenta de aquel que entiende que el umbral de los días es un tejido precioso, imposible de construir en soledad.
“Finalmente, / toda existencia, / mínima o máxima / se reduce a un acto / de fe.” ¿Qué tesoro viaja en la voz del poeta? ¿Qué dilemas esconde el viento? ¿Cuál es la luz que revela la dimensión última de la belleza?
A orillas del Leteo, Federico busca. Pregunta. Compone respuestas para capturar momentos de esencia y virtud.
Plantados en lo etéreo del abismo, estos poemas buscan la belleza de la caída. Un recorrido posible. Un despertar.
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