Descripción
Si la idea de ciudadanía está siendo puesta en cuestión en estos tiempos de incertidumbre, Federico Frías elige tensar la cuerda y preguntar “quién”. Quién habla, quién vive, quién ama, quién se queda en silencio bajo la lluvia. O sea, quién se es junto a otros y quién se es en el espacio inefable de nuestra propia soledad. Es ahí donde la poesía se abre como un paraguas y también, como la sombra que no responde pero es compañía. “Soy todo lo que está dicho/ y también lo que está oculto”, dice el poeta. Federico es capaz de mirar los detalles de una ciudad que se desmorona y de curarle las heridas con unos versos. No es que la poesía cure, lo que cura es el encuentro, la palabra, el convencimiento de que, en algún lugar, alguien responde, alguien lee. Para esa persona, que probablemente sean muchas, estos versos con su belleza abriéndose entre las grietas urbanas, cargados de futuro.
Ivana Romero
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